MOVIMIENTO
Y PSICOMOTRICIDAD
El movimiento en el ser humano existe desde su
fecundación y durante todo su desarrollo a lo largo de la vida. Sin embargo,
aunque existe un desarrollo motor, la psicomotricidad no interviene en la etapa
prenatal ni en los primeros días de nacido, sino que se inicia cuando se forma
la psique del individuo; cuando el movimiento se realiza de manera voluntaria. Antes
de esto se llama neurodesarrollo y es la evolución que se presenta a partir de
la maduración del sistema nervioso y de la información genética.
La psique del niño se va construyendo mediante el
contacto con la madre y la interacción con los objetos y el entorno. Por ello
es muy importante la estimulación desde la vida intrauterina y, mucho más, a
partir del nacimiento. En la etapa de educación inicial, la estimulación
servirá para potencializar las capacidades del niño.
Patrones de
movimiento
Al inicio de la vida, los movimientos de los bebes son
sólo reflejos; encontramos reflejos de supervivencia, como la succión, la
prensión y la deglución; reflejos posturales, como el de reptación
(arrastrarse) y el de marcha, entre otros. Éstos se presentan como respuestas reflejas
(no existe anticipación ni planeación del movimiento) ante un estímulo. Con el
tiempo algunos reflejos desaparecen y otros se convierten en reacciones
posturales. Así, elementos como el equilibrio y los giros corporales le darán
al niño la oportunidad de llevar a cabo su actividad motriz o desarrollo motor.
El movimiento en el ser humano sigue una evolución
determinada por la genética. Los procesos de movimiento se presentan en todos
los niños de cualquier parte del mundo y se manifiestan casi en los mismos
tiempos, aunque pueden variar según la cultura y el entorno. Un ejemplo de ello
es que en algunas comunidades se acostumbra llevar a los bebés cargados sobre
la espalda con rebozos. Estos pueden posponer un poco el patrón de marcha, pero
no es algo negativo, pues favorece un mejor desarrollo en el ámbito psicosocial
gracias al contacto corporal con la madre y los estímulos auditivos y de
movimiento que lo acompañan constantemente.
Estos procesos que se presentan en los niños se llaman
patrones de movimiento; se manifiestan de manera secuenciada de acuerdo con la
maduración neurológica basada en dos leyes de desarrollo.
1-
Cefalocaudal: el control progresivo del cuerpo
va de la cabeza hacia la pelvis (desde el control cefálico hasta la marcha).
2-
Proximodistal: control del tronco del cuerpo
hacia los brazos y las piernas.
Los patrones de movimientos están clasificados de la
siguiente forma:
-
Básico: de 0 a 18 meses.
-
Maduros: de 18 meses a 3 años.
-
Manipulativos: de 3 a 6 años.
-
De perfeccionamiento: de 6 años en adelante.
Patrones básicos
Los patrones básicos de movimiento están relacionados
con la maduración neurológica; con nueve y cada uno tiene una secuencia de
desarrollo motriz.
1. Control
cefálico: el
primero en manifestarse es el control de la cabeza. Se presenta de los 0 a los
3 meses de edad y se consolida aproximadamente en el tercer mes.
2. Cambio
de decúbito: se
manifiesta una maduración en el cambio de postura, pues el bebé logra pasar de
una posición supina (boca arriba) a una prona (boca abajo) y viceversa. Se presenta
aproximadamente de los tres a los seis meses de edad.
3. Posición
sedente: se
presenta cuando ya hay fuerza en el troco y el niño logra enderezarse con una
flexión de la cadera, apoyándose con el hombro, el brazo y la mano. Se desarrolla
aproximadamente de los seis a los ochos meses de edad.
4. De
sedente a decúbito prono:
cuando el niño logra apoyar sus palmas o brazos manteniendo la cabeza y el
tronco levantados. Se presenta de los seis a los ocho meses.
5. Reptación
o arrastre: se
manifiesta a partir del patrón anterior, pero ahora está involucrado el movimiento
de los miembros superiores (brazos) e inferiores (piernas). Al principio, el
niño mueve brazos y piernas al mismo tiempo; después logra mover de manera
alterna las cuatro extremidades. Precede al gateo y se presenta a la edad de
seis a ocho meses.
6. De
sedente a cuatro puntos y gateo: se basa en los patrones anteriores y ocurre cuando el
niño puede apoyarse en las palmas de sus manos y en sus rodillas. Posteriormente
inicia el gateo con movimientos de vaivén hacia adelante y atrás, para
finalizar con el desplazamiento. El gateo se presenta de los ocho a los diez
meses. Es importante aclarar que cuando un bebé se arrastra hacia atrás, no
está gateando, para que exista el gateo tiene que darse en la posición de
cuatro puntos, con dirección al frente.
7. De
posición de cuatro puntos a hincado: a medida que evoluciona el enderezamiento del tronco,
el niño va controlando la cadera y los
brazos, sobre todo la pelvis, además de que se presenta el equilibrio. Esto
ocurre entre los nueve y los once meses de edad.
8. De
hincado a bipedestación:
el niño logra esta posición a partir del patrón anterior; al inicio lo hace con
apoyo, tomándose de la cuna u otro mueble. Se presenta de los diez a los doce
meses.
9. De
marcha:
finaliza el proceso de los patrones básicos de movimiento, debido a la
maduración del sistema nervioso a partir de la ley cefalocaudal. Se involucran
la postura, el equilibrio, el espacio, la estabilidad y la organización
corporal.
Patrones maduros
Cuando el niño ha logrado ponerse en pie, su evolución
motriz continúa con los patrones maduros, que se manifiestan de los dieciocho
meses a los 3 años de edad.
1. Marcha: a partir de que el niño logra la
marcha, irá perfeccionando la direccionalidad, la intención, el equilibrio, los
altos totales y la coordinación; poco a poco podrá subir pequeñas rampas y escalones.
2. Carrera: comienza con los intentos de dar
velocidad a la marcha. Este patrón también conlleva un proceso, pues al inicio
de la carrera hay muy poco despegue del piso o impulso y las extremidades
superiores están pegadas al tronco; conforme evoluciona, existe un mayor
impulso, despegue del piso (vuelo) y coordinación entre los brazos.
3. Salto: al igual que el patrón anterior,
hay un proceso mediante el cual el niño va despegando los pies del piso,
primero de manera alterna y después con los pies juntos, hasta lograr un
despegue con impulso, vuelo y aterrizaje, coordinando también sus brazos.
Patrones manipulativos
En esta etapa los niños empiezan a dominar su cuerpo
sobre los objetos, es decir, a manipularlos de manera lúdica y espontánea. En los
patrones manipulativos se presentan acciones complejas de coordinación como la
coordinación; ojo-mano y ojo-pie.
Los patrones manipulativos son tres, y se presentan de
los tres a los seis años de edad. Cada uno tiene una secuencia de desarrollo
motriz.
1. Arrojar: el niño se encuentra con los pies
quietos, y puede haber un pequeño desplazamiento hacia atrás para preparar el
tiro. El codo se encuentra en posición adelantada con respecto al resto del
cuerpo. El movimiento es muy parecido al de empujar y, al momento de soltar,
los dedos quedan extendidos totalmente. Luego los brazos siguen su trayectoria
hacia adelante y abajo. El tronco tiene una posición perpendicular al objetivo,
con poca rotación del hombro.
2. Atajar: al recibir la pelota, gira un poco
la cabeza como si se estuviera alejando de ella o como si protegiera su cabeza
con manos y brazos. Estos últimos se encuentran extendidos hacia adelante. Hay escaso
movimiento hasta que el niño trata de dirigir la pelota hacia su pecho. Los dedos
se encuentran tensos y extendidos.
3. Patear: el tronco y los brazos casi no se
mueven. El cuerpo se mantiene erguido con los brazos extendidos a los lados. Para
preparar la patada, la pierna que ejecutará el movimiento tiene un ligero
desplazamiento hacia atrás. En el momento de patear el movimiento es corto y
con impulso.
Patrones de
perfeccionamiento
Los patrones de perfeccionamiento son el conjunto de
conductas motoras que se han acumulado a partir de los patrones básicos,
maduros y manipulativos. A partir de los seis años se especializan y, como su
nombre lo indica, se van perfeccionando.
El movimiento y su
relación con los ámbitos de desarrollo
El ser humano tiene un desarrollo motriz, cognoscitivo
y psicosocial que evoluciona conforme madura su sistema nervioso. Enseguida se
hará una breve descripción de la aportación del movimiento en cada uno de los ámbitos.
-
Motor: El ser humano está en constante
movimiento e interacción con su entorno. Las experiencias adquiridas a través
del contacto con su medio le ayudan a integrar sus movimientos y sensopercepciones.
-
Cognoscitivo: La experimentación con su entorno
deriva en la adquisición de nuevos aprendizajes y el pensamiento se va
volviendo más complejo y abstracto. La acción motora interviene en todos los
niveles del desarrollo cognoscitivo, incluyendo el lenguaje. A través del
movimiento el adolescente reorganiza su lateralidad, esquema corporal,
orientación espacial, noción de tiempo y causalidad.
-
Psicosocial: El control del movimiento puede
llevar a un mejor control de la conducta. El trabajo psicomotriz logra un
desarrollo del pensamiento, la percepción, la emoción y la conducta.
Con el trabajo psicomotor se tiene la oportunidad de
favorecer el trabajo en equipo bajo diversas circunstancias o situaciones, lo
que aporta a cada alumno elementos para constituir su propia identidad.
El desarrollo del adolescente debe ser equilibrado en
sus tres ámbitos, si alguno no se estimula, habrá deficiencia en los demás ya
que cada uno se desarrolla en conexión con los otros.
La palabra está compuesta por dos vocablos: “psico”
que se refiere a la pisque (pensamiento, emoción), y “motricidad” basada en el
movimiento y el desarrollo motor. Por lo tanto, la psicomotricidad es una
disciplina que estudia e interviene en el desarrollo motor en vinculación con
el pensamiento y las emociones.
El movimiento es la base de la psicomotricidad, esto
es importante para el bebé porque cada acción que realiza tiene sentido para su
desarrollo y aprendizaje.
La psicomotricidad es utilizada como una técnica que
favorece el desarrollo integral del individuo. De esta manera, existe una
interacción entre el cuerpo y el entorno, entre los componentes biológicos,
cognoscitivos y psicosociales de la persona.
Elementos de
psicomotricidad
A continuación se definen los conceptos involucrados
en el desarrollo de las actividades motrices.
-
Respiración: La respiración es u reflejo de
supervivencia que nos ayuda a la oxigenación de la sangre y el cerebro. Las fases
de respiración son aspiración o inhalación y espiración o exhalación. Las vías
por las que se respira se pueden clasificar en externas (nariz y boca) e interna
(tráquea, bronquios y laringe). Hay dos tipos de respiración: torácica y
abdominal. Se recomienda que durante una actividad física la inhalación se haga
por la nariz y la exhalación por la boca; así como propiciar desde pequeños la
respiración abdominal.
-
Sensación: Es a información que recibimos a
través de nuestros sentidos, de los órganos y de la sensibilidad cinestésica
(movimiento, postura y equilibrio).
-
Percepción: Es el procesamiento de la
información de las sensaciones.
-
Sensopercepciones: A través de los sentidos se recibe
la información del mundo exterior, esas sensaciones viajan al sistema nervioso
central donde se interpretan y cobran significado generando así una percepción.
A partir de esa percepción hay una respuesta motriz.
-
Tono muscular: Es el estado de tensión activa de
los músculos, es involuntario y permanente, varía en intensidad y sirve como
base del movimiento y la postura.
-
Equilibrio: Es la estabilidad que se consigue
al estar estático o en movimiento.
-
Coordinación: Es la habilidad de ejecutar
movimientos de manera armónica. Existen tres formas de coordinación:
o
Coordinación global: se refiere a la coordinación
corporal de manera general.
o
Coordinación óculo- manual: es la coordinación ojo-mano.
o
Coordinación óculo-pedal: es la coordinación ojo-pie.
-
Esquema corporal: Es una construcción. No nacemos
con esquema corporal, éste se estructura a partir de la sensibilidad
cinestésica. Representa el conocimiento corporal y el uso que se hace de éste o
de sus partes en el espacio y tiempo. Sirve como base de todos nuestros
movimientos.
-
Lateralidad: El espacio se comienza a construir
cuando el bebé inicia sus primeros desplazamientos; es por eso que está muy
ligado al movimiento y al esquema corporal. Es situar el cuerpo en relación con
puntos de referencia y al mismo tiempo integrar los diferentes elementos que lo
componen.
-
Tiempo: El tiempo no se percibe a través
de los sentidos, sino que se construye mediante elementos externos; el día, la
noche, las estaciones del año, las modificaciones de las cosas y los seres
vivos. La organización temporal nos permite situar el orden de los
acontecimientos relacionados entre sí.
-
Ritmo: El tiempo permite la creación del ritmo
por medio de los sucesivo y la duración.
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