INTERVENCIÓN BASADA EN EL CONTEXTO
FAMILIAR Y ESCOLAR
Miguel
Puyuelo Sanclemente
Se
puede modelar la conducta de estimulación del lenguaje de los padres de una
manera informal, utilizando un formato poco estructurado. Por ejemplo, si se
observa que la madre y el niño mantienen una conversación durante la sesión de
juego en casa o en la consulta, enseguida podemos decir a la madre; “parece
usted muy atenta al juego de su hijo con el lego, le ruego que denomine los
colores de cada pieza que él coja”. Con esta apreciación, se proporcionara a la
madre refuerzo positivo y se le instruye sobre cómo incrementar el vocabulario
usando la designación.
Durante la sesión informal de
juego, el logopeda interviene con los padres (sin interferir en la sesión),
demostrando cómo usar técnicas de expansión y sugerir actividades adicionales.
Los padres pueden observar la efectividad de la técnica y comprobar que entra
dentro de sus posibilidades.
Otras actividades poco
estructuradas provocan, a veces, comentarios casuales. Los padres formulan
preguntas al logopeda sobre desarrollo del lenguaje y así dialogan de manera
informal sobre las técnicas. En este tipo de interacciones poco estructuradas
es muy importante que el logopeda sea respetuoso con los padres y actúe con
mucho tacto, ya que el objetivo es darles recursos para facilitar la
adquisición del lenguaje.
La instrucción para los padres o la
familia puede ser más estructurada y sistemática. En ese caso, el logopeda
proporciona una instrucción formal, un aprendizaje guiado y una práctica real,
dentro de las diferentes estrategias de comunicación. La instrucción se
realizará individualmente o en grupo de padres.
Durante la instrucción formal, el
logopeda facilita los comentarios sobre cada una de las estrategias de
estimulación del lenguaje. Con este fin puede proporcionar ejemplos del uso de
dicha estrategia por medio del vídeo. Por ejemplo, un tema en el que se
les enseñe a manifestar expectación
puede empezar visualizando grabaciones en las que se recojan señales de baja
expectación por parte del adulto hacia lo que el niño les comunica.
A continuación aparece una situación característica:
-
Niño: (señala
los lápices)
-
Madre: ¿Qué
señalas?
-
Niño: (coge
un lápiz)
-
Madre: ¿Quieres
la pintura? Aquí tienes un papel para dibujar.
-
Madre: ¿Qué
dibujas? Parece un gato.
-
Niño: (continua
dibujando)
-
Madre: Aquí
tienes el negro. Puedes pintarlo de negro.
En esta secuencia, la madre
manifiesta expectativas, pero no espera que su hijo le responda. No hace pausas
ni da la oportunidad de que el niño inicie algo. Dando el papel y el lápiz a su
hijo ha impedido que él tenga necesidad de pedirlo.
La segunda secuencia muestra cómo
un adulto puede manifestar altas expectativas hacia la comunicación y suscitar
mejoras en el lenguaje de su hijo.
-
Niño: (señala
los lápices)
-
Madres: ¿Qué?
(lo mira expectante)
-
Niño: “la”
-
Madre: ¿El
lápiz?
-
Niño: “lápiz”
-
Madre: ¿Qué
color, blanco o negro?
-
Niño: “ego”
-
Madre: (le
da el lápiz negro y espera)
-
Niño: “pa”
-
Madre: papel,
aquí tienes una hoja (le da el papel)
-
Niño: “mío”
-
Madre: “haz
un dibujo”
Después del segundo vídeo se invita
a los padres a dialogar sobre cómo la madre hace pausas y da tiempo al niño
para hablar. Ella utiliza expresiones faciales para manifestar expectativas,
para solicitar más información y para establecer un patrón de turnos de
intervención.
Actividades
generales para favorecer la intervención en el contexto familiar
Práctica guiada.
Los medios para llevarla a cabo
comprenden diálogos de grupo, rol-playing, autocrítica. Por ejemplo, en un
grupo de diálogo, los padres pueden exponer cómo se interesan por el uso del
lenguaje de sus hijos en casa. Pueden explicar cómo interactúan con su hijo y
poner en común con los otros padres técnicas que utilizan.
Actividades del
mundo real.
Éste es
el tercer componente de los programas más estructurados: los padres se graban a
sí mismos mientras juegan con sus hijos en casa y después revisan las cintas,
observando qué técnicas han utilizado para ampliar el lenguaje de sus hijos. En
relación con las actividades reales, el logopeda debe proporcionar algunas
orientaciones.
1.
La
actividad se practica y comenta. Si es algo relevante para la familia, se
estudia con el logopeda.
2.
En
la práctica real se pide a los padres que lleven un diario sobre las
intenciones comunicativas de su hijo.
Fomentar el uso de
la conversación.
La
primera premisa que se debe tener en cuenta para la instrucción centrada en la
conversación es que esta es la vía más eficaz para estimular el desarrollo del
lenguaje en casa. La conversación requiere que el niño utilice el lenguaje para
expresar significados o para recibir mensajes en situaciones relevantes y
motivantes.
A continuación se dan algunas orientaciones al
respecto:
1. Deje
que su hijo elija de que quiere hablar y respóndale: El adulto debe observar el centro
de atención del niño y seleccionar el tema para hablar sobre lo que el niño
está haciendo y sobre lo que le interesa. Hay que recordar que se debe ser
“contundente” en relación con los enunciados del niño. Si el niño no habla o sólo
utiliza signos, invitarle a responder; el interlocutor ha de entender que las
expresiones faciales de los niños, los gestos y las vocalizaciones más
inteligibles pueden ser turnos conversacionales.
2. Anime
al niño a que explique historias: en este apartado se pretende utilizar un discurso
conectado en la conversación. Durante la conversación, realizaremos turnos
prolongados, explicando historias (narración). Se puede animar al niño a que
explique su historia, diciéndole: “cuéntame más, ¿qué pasó entonces?” también
pueden usarse señales visuales.
3. Organice
los mensajes: Este
aspecto requiere que los adultos utilicen habilidades meta-comunicativas y
piensen sobre lo que van a decir y cómo.
4. Hable
de forma clara:
La claridad se consigue con un habla lenta y buena pronunciación y prosodia (no
exagerada). Se destacan las palabras claves y se insertan las pausas en
relación al significado.
5. Hable
en positivo y evite el lenguaje crítico: Absténgase de criticar al niño con su lenguaje.
6. No
controle en exceso las conversaciones: Los adultos que controlan demasiado las
conversaciones suelen formular muchas preguntas, usan excesivas palabras, no
responden a los enunciados de sus hijos, les corrigen la pronunciación, les
piden a menudo que imiten su modelo de lenguaje, e incluso cambian a menudo de
tema de conversación. Los niños responden a estas conductas volviéndose
pasivos, dependientes o aislándose en la conversación.
7. Use
estrategias de corrección:
Conforme los padres van manteniendo conversaciones con sus hijos, deben ser
capaces de corregir las interrupciones (rupturas) en la comunicación. Estas
estrategias requieren esfuerzo y paciencia por parte de los interlocutores. A
menudo, el uso de estas estrategias promueven interacciones verbales sucesivas
y favorece los intercambios.
Una estrategia de corrección
expresiva se utiliza cuando el niño no ha entendido el mensaje del adulto. Una
estrategia de corrección receptiva se usa cuando los padres no entienden algo
de lo que el niño ha dicho (o señalado).
a)
Estrategia de corrección expresiva: Las rupturas, durante la
conversación pueden ser debidas al adulto o al niño; a menudo, los adultos
simplificamos los problemas y piensan que son debido al niño. Los padres deben
preguntarse a sí mismos; ¿cuáles son las habilidades cognitivas de mi hijo?,
¿el nivel de comprensión de mi hijo es suficiente para entender este mensaje?
El padre ha de ser capaz de captar el estado emocional de su hijo (relajado /
tenso) y considerar si el mensaje va acompañado de otros elementos físicos o lingüísticos.
Por ejemplo, el mensaje introducido por un tema nuevo, ¿tiene relación con algo
de lo que hay presente en esta habitación? Los padres tiene que asegurarse de
que su hijo entiende el qué y el porqué del mensaje, y cerciorarse de que el
mensaje es adecuado para el nivel del niño. Durante la fase inicial de las
estrategias de comunicación es preciso que los padres dispongan de estrategias
para distinguir cuándo su hijo no reconoce el mensaje. El niño puede manifestar
falta de atención, sonreír, responder de forma inapropiada, simular que
entiende.
b)
Estrategias receptivas de
reparación: A
veces los padres no entienden lo que el niño dice. Al comentar las estrategias
receptivas de reparación para los padres es importante subrayar que una ruptura
en la conversación no es culpa de los padres ni del niño. A veces los padres
simplifican sus propias dificultades, centrando su atención en su hijo, en sus
movimientos, actividades, etc., y llevando
una conversación estereotipada. Algunas actividades posibles son:
·
Estrategia de repetición: El adulto pide al niño que repita
otra vez el mensaje, pero sin hacerlo muy a menudo para que el niño no se
sienta frustrado.
·
Estrategia de amplificación: Los padres animan al niño a que
explique más cosas sobre el tema, a que dé más información.
Los métodos y estrategias que deben
aplicar los padres requieren una atención continuada a la familia por parte del
logopeda, capacitación de adaptación e innovación.
Intervención
del lenguaje en el contexto escolar
El objetivo de la intervención,
además de mejorar determinadas habilidades lingüísticas, será conseguir que le
niño sea mejor comunicador. Se puede definir tres grandes objetivos de
intervención.
1.
Cambiar
o eliminar el problema detectado, volviendo al niño normal en el aprendizaje
del lenguaje, de modo que no necesite en el futuro ningún tipo de intervención.
2.
No
enseñar conductas lingüísticas específicas, sino estrategias compensatorias.
3.
No
centrar la intervención sólo en el niño, sino también en el entorno.
Una vez determinados los objetivos
específicos de la intervención, es el momento de decidirse por un enfoque
determinado o por una combinación de varios. Respecto a la elección de los
métodos, Puyuelo y Cols (2002) comentan que puede escogerse un enfoque general
en función del tipo de persona o utilizar un enfoque para un objetivo, y otro para
otro. Un objetivo puede requerir un enfoque muy estructurado y otro, un enfoque
más abierto. Dentro de los diferentes enfoques de intervención debe reservarse
un papel importante a la pragmática, dado que el aprendizaje del lenguaje
consiste en aprender no solo sonidos, palabras y sintaxis, sino también cómo
deben utilizarse en el mundo real esas palabras, sonidos y frases.
Los enfoques
de intervención relacionados con logopedia ya han sido tratados por Puyuelo y
Bruna (1998), en relación al trastorno específico del lenguaje, y por Puyuelo y
Cols (2002) como metodología general para aplicar a los diferentes casos de
NEE, en el área de lenguaje.
La importancia y responsabilidad de
favorecer el desarrollo del lenguaje en los niños en el medio escolar plantea
muchas veces el problema de cómo llevarlo a cabo cuando se trabaja con grupos
numerosos y además hay algunos niños con problemas del lenguaje. ¿Cómo ayudar a
los niños con problemas de aprendizaje? ¿Cómo ayudar a los profesores a enseñar
lenguaje a los niños que no se comunican con tanta facilidad como los demás?
El método y el programa que se debe
aplicar se basan en la consideración de que el niño aprende el lenguaje,
primero, por interacción con aquellas personas que se ocupan de ellos, padres, profesores,
y también por interacción con los iguales. Algunos de estos programas o
actividades tienen como objetivo animar a los profesores a multiplicar las
posibilidades de interacción y de aprendizaje del lenguaje, por medio de sus
actividades, rutinas y conversaciones cotidianas.
El programa que se va aplicar tendrá en cuenta, como
aspectos generales de intervención:
·
Las
interacciones entre profesores y niños. Formas de establecer relaciones que
favorezcan la comunicación.
·
Revisión
de los estilos de conversación de los niños.
·
Los
diferentes roles que asumen los profesores en sus interacciones con los niños.
·
Las
interacciones entre niños. Un elemento esencial del aprendizaje de la
comunicación.
·
Favorecer
las interacciones en el contexto de grupos.
·
Favorecer
el descubrimiento y la conversación, por medio de actividades de exploración y
creativas.
·
Adaptar
las rutinas cotidianas, a fin de dispones de tiempo para la conversación.
En la intervención escolar no
específica de logopedia pueden aprovecharse los acontecimientos cotidianos y la
continua interacción entre los iguales. Las actividades en grupo destinadas a
favorecer el desarrollo del lenguaje del niño con problemas ya han sido tratado
por diferentes autores, como Acosta y Moreno (1999), en relación al currículum
escolar, y Puyuelo y Cols (1999), Puyuelo y de La Fuente (2000), respecto a la
mejora de aspectos psicolingüísticos y de voz relacionados con parálisis
cerebral infantil o en retraso del lenguaje, como base que permitirá una mejor
generalización de muchos de los aspectos trabajados en las sesiones
individuales de lenguaje, así como para el aprendizaje de otros conceptos
nuevos. Estas actividades pueden realizarse con los compañeros de clases, en
pequeños grupos que pueden ir variando de una sesión a otra. Algunas de las
actividades descritas por Puyuelo y Cols (2002), relativas a niños con retraso
del lenguaje y con trastornos específico, son: representación de personajes,
planificación de una actividad secuenciada, juegos para incrementar la longitud
y la complejidad de la frase, reflexiones sobre lenguaje, discusión y diálogos sobre
algún tema.
La intervención
en el contexto escolar incluye aspectos relacionados con el diseño curricular,
proyecto educativo de centro y conocimiento de técnicas específicas. La puesta
en práctica de actividades de este tipo en el aula ordinaria beneficia tanto a
los alumnos sin problemas del lenguaje, como aquellos que presentan necesidades
educativas específicas en esta área.
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