Como ciencias
estrechamente ligadas, la psicología y la pedagogía se ocupan de estudiar el
desarrollo individual como resultado de la interacción entre el escolar y el
medio, centrándose en el desarrollo cognoscitivo y emotivo del niño así como en
los procesos de maduración y en la evaluación de su aprendizaje. Además,
proporcionan a los profesores los elementos necesarios para optimizar las
capacidades de los alumnos. Enfocan la problemática que implica el aprendizaje
desde varios puntos de vista, lo que implica el surgimiento de las distintas
corrientes psicopedagógicas o teorías del aprendizaje, las cuales, pese a sus
diferencias, persiguen como objetivo común el brindar a los maestros las
estrategias docentes de mayor utilidad.
Corrientes
o teorías del aprendizaje
Ø La pedagogía tradicional:
Fundamentada en el memorismo y donde el alumno se maneja únicamente como
receptor de la información.
Ø La pedagogía activa:
Representada por Celestín Freinter con su teoría de la educación del trabajo y
la libre expresión de los niños, que a su vez está basada en la psicología
gestáltica o de la percepción intuitiva, desarrollada por Wertheimer y Kohler.
Ø El conductismo:
Corriente psicológica que sustenta a la tecnología educativa o pedagogía
industrial, la cual, pese a la opinión de sus críticos, constituye un impacto
en la tarea educativa, ya que es todo un sistema con su propia filosofía. J. Watson
conformo sus bases definitivas y con Skinner alcanzó su plena madurez.
Ø El cognitivismo: Cuyo máximo
exponente es Jean Piaget y su teoría psicopedagógica, donde establece que una
conducta es un intercambio entre el sujeto y el mundo exterior. Para algunos
especialistas, no es una corriente, sino una etapa intermedia entre el
conductismo y la pedagogía operativa.
Ø La pedagogía operativa:
Inspirada en el enfoque constructivista y psicogenético de Piaget, tiene como
propósito la formación de individuos capaces de desarrollar un pensamiento
autónomo que pueda producir nuevas ideas y permita avances científicos,
culturales y sociales. El cambio fundamental que propone consiste en centrar el
eje de la educación en el alumno y no en el profesor, como se ha venido
haciendo implícitamente. Pretende modificar la enseñanza actual, porque, según
dice, habitúa a los escolares a una obediencia intelectual; por ello propone
como alternativa que la educación se base en una concepción constructivista del
pensamiento.
El
conductismo
El conductismo
es una de las corrientes psicopedagógicas más importantes de este siglo, su base fundamental es la relación estímulo –
respuesta por ello es capaz de sustentar
parte de los métodos correctivos en algunos de los problemas de aprendizaje más
comunes. Dueño de una filosofía, determina que la psicología tenga por objeto
la interacción continúa entre el sujeto conductual y los eventos observables,
físicos y sociales del ambiente. Su marco teórico está definido por leyes
funcionales que establecen la fortaleza o debilidad de las relaciones entre la
conducta y el sujeto, como es el caso del aprendizaje y el desarrollo, la
evaluación o inhibición (involución) de los patrones de comportamiento (cambios
en las destrezas y capacidades), el mantenimiento de la conducta y la generalización
de las interacciones observadas. Posee toda una metodología de investigación
adecuada para el estudio de la conducta con resultados aplicables en la
práctica educativa.
Las raíces
de esta corriente se localizan en el empirismo filosófico de Aristóteles,
descartes, Locke, Berkeley y Hume, reconocidos también como iniciadores del
asociacionismo y objetivismo, al considerar que la asociación de ideas, la
experiencia y la observación, son las bases del conocimiento. Por su parte,
James Mill, John Stuart Mill, Bain y Herbert Spencer hicieron valiosas
aportaciones a esta corriente, mientras que los rusos Sechenov, Bechterev y
especialmente Pavlov, con el acondicionamiento clásico o respondiente (el
organismo aprende a emitir respuestas reflejas a estímulos que previamente eran
incapaces de producirlas), introdujeron métodos en el estudio del
condicionamiento o asociación estímulo-respuesta, empleados en el análisis conductual.
En América, los estadounidenses Edward Thorndike, con la teoría del aprendizaje
instrumental (relación ensayo-error), y J. Watson, quien como ya se dujo,
sentón las bases de la teoría conductista, lograron notables adelantos. Pero es
con Skinner cuando el conductismo alcanza su madurez y repercute profundamente
en el aprendizaje y en el estudio general del comportamiento.
El
cognitivismo
A finales
de la década de los sesenta surge una nueva perspectiva que asegura que el
aprendizaje no sólo es el resultado de procesos externos como los refuerzos que
se emplean en el condicionamiento, tales como la sonrisa del maestro ante la
respuesta correcta del alumno o un gesto reprobatorio en caso contrario, sino
que también participan activamente los procesos internos, que aunque no son
observables, llegan a controlar y dirigir la conducta. Se trata del
cognitivismo, al que muchos especialistas definen como una transición entre el
conductismo y las teorías psicopedagógicas actuales, puesto que carece de
formulaciones globales y está integrado por estudios parciales sobre el proceso
enseñanza-aprendizaje o sobre sus diversos componentes.
Para el
cognitivismo, el aprendizaje es un proceso de modificación interno que se
produce como resultado de la interacción entre la información procedente del
medio y el sujeto activo. Tiene un carácter absolutamente intencional por la
parte del sujeto.
Dentro
de su teoría del contextualismo constructivista, destaca la importancia del
medio ambiente físico-social en los aprendizajes y como esto se estructura
sobre los ya adquiridos en una forma activa y creadora y no meramente
acumulativa, pues considera al escolar capaz de procesar, adquirir e incorporar
nuevos conocimientos. Para esto recurre al uso de diversas técnicas como la
repetición, las ayudas nemotécnicas (ejercicios que propician el desarrollo de
la memoria), los subrayados, la imaginación, el razonamiento por analogía y la
metacognición o conocimiento del pensamiento.
Jean Piaget,
dentro de su teoría psicogenética establece que una conducta, sea motora,
perceptiva, memorística o propiamente inteligente, es un intercambio entre el
sujeto y el mundo exterior. Para él, la experiencia y el aprendizaje no son
suficiente para explicar el conocimiento y su origen, ya que es necesaria una
estructuración y depende enteramente de la actividad del sujeto llegar a ese
conocimiento.
Etapas
del desarrollo cognoscitivo piagetiano.
Ø Sensoriomotriz: (0 a 2
años). El niño empieza a utilizar la
imitación, la memoria y el pensamiento. Reconoce que un objeto no deja de
existir cuando está oculto o perdido: incluso cuando se le quita, lo busca. Cambia
de las simples acciones reflejas a la realización de actividades dirigidas
hacia metas; se inicia la etapa lógica; aprende a sacar juguetes de una caja
para luego, volverlos a meter.
Ø Preoperacional: (2 a 7
años). El infante desarrolla
gradualmente el uso del lenguaje y el pensamiento simbólico o capacidad de
formar y utilizar símbolos como palabras, gestos, signos, imágenes, etc. Es capaz
de pensar las operaciones en forma lógica y en una dirección, es decir, le es difícil
pensar en sentido inverso o revertir los pasos de una tarea. Tiene dificultades
para considerar el punto de vista de otra persona.
Ø Operacional concreta: (7 a 11
años). El alumno está capacitado
para resolver problemas concretos en forma lógica. Comprende las leyes de la
conservación de la materia 8la cantidad o número de algo se conserva aunque se
cambie orden o apariencia, mientras no se agregue o quite algo) y puede
clasificar o establecer series. Entiende la reversibilidad.
Ø Operacional formal: (11
años en adelante). La persona ´puede
resolver problemas abstractos en forma lógica. Su pensamiento se vuelve más científico.
Desarrolla intereses por los aspectos sociales y por la identidad.
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