martes, 9 de agosto de 2016

TEORÍAS DEL APRENDIZAJE


Como ciencias estrechamente ligadas, la psicología y la pedagogía se ocupan de estudiar el desarrollo individual como resultado de la interacción entre el escolar y el medio, centrándose en el desarrollo cognoscitivo y emotivo del niño así como en los procesos de maduración y en la evaluación de su aprendizaje. Además, proporcionan a los profesores los elementos necesarios para optimizar las capacidades de los alumnos. Enfocan la problemática que implica el aprendizaje desde varios puntos de vista, lo que implica el surgimiento de las distintas corrientes psicopedagógicas o teorías del aprendizaje, las cuales, pese a sus diferencias, persiguen como objetivo común el brindar a los maestros las estrategias docentes de mayor utilidad.

Corrientes o teorías del aprendizaje
Ø  La pedagogía tradicional: Fundamentada en el memorismo y donde el alumno se maneja únicamente como receptor de la información.
Ø  La pedagogía activa: Representada por Celestín Freinter con su teoría de la educación del trabajo y la libre expresión de los niños, que a su vez está basada en la psicología gestáltica o de la percepción intuitiva, desarrollada por Wertheimer y Kohler.
Ø  El conductismo: Corriente psicológica que sustenta a la tecnología educativa o pedagogía industrial, la cual, pese a la opinión de sus críticos, constituye un impacto en la tarea educativa, ya que es todo un sistema con su propia filosofía. J. Watson conformo sus bases definitivas y con Skinner alcanzó su plena madurez.
Ø  El cognitivismo: Cuyo máximo exponente es Jean Piaget y su teoría psicopedagógica, donde establece que una conducta es un intercambio entre el sujeto y el mundo exterior. Para algunos especialistas, no es una corriente, sino una etapa intermedia entre el conductismo y la pedagogía operativa.
Ø  La pedagogía operativa: Inspirada en el enfoque constructivista y psicogenético de Piaget, tiene como propósito la formación de individuos capaces de desarrollar un pensamiento autónomo que pueda producir nuevas ideas y permita avances científicos, culturales y sociales. El cambio fundamental que propone consiste en centrar el eje de la educación en el alumno y no en el profesor, como se ha venido haciendo implícitamente. Pretende modificar la enseñanza actual, porque, según dice, habitúa a los escolares a una obediencia intelectual; por ello propone como alternativa que la educación se base en una concepción constructivista del pensamiento.

El conductismo
El conductismo es una de las corrientes psicopedagógicas más importantes de este siglo,  su base fundamental es la relación estímulo – respuesta  por ello es capaz de sustentar parte de los métodos correctivos en algunos de los problemas de aprendizaje más comunes. Dueño de una filosofía, determina que la psicología tenga por objeto la interacción continúa entre el sujeto conductual y los eventos observables, físicos y sociales del ambiente. Su marco teórico está definido por leyes funcionales que establecen la fortaleza o debilidad de las relaciones entre la conducta y el sujeto, como es el caso del aprendizaje y el desarrollo, la evaluación o inhibición (involución) de los patrones de comportamiento (cambios en las destrezas y capacidades), el mantenimiento de la conducta y la generalización de las interacciones observadas. Posee toda una metodología de investigación adecuada para el estudio de la conducta con resultados aplicables en la práctica educativa.
Las raíces de esta corriente se localizan en el empirismo filosófico de Aristóteles, descartes, Locke, Berkeley y Hume, reconocidos también como iniciadores del asociacionismo y objetivismo, al considerar que la asociación de ideas, la experiencia y la observación, son las bases del conocimiento. Por su parte, James Mill, John Stuart Mill, Bain y Herbert Spencer hicieron valiosas aportaciones a esta corriente, mientras que los rusos Sechenov, Bechterev y especialmente Pavlov, con el acondicionamiento clásico o respondiente (el organismo aprende a emitir respuestas reflejas a estímulos que previamente eran incapaces de producirlas), introdujeron métodos en el estudio del condicionamiento o asociación estímulo-respuesta, empleados en el análisis conductual. En América, los estadounidenses Edward Thorndike, con la teoría del aprendizaje instrumental (relación ensayo-error), y J. Watson, quien como ya se dujo, sentón las bases de la teoría conductista, lograron notables adelantos. Pero es con Skinner cuando el conductismo alcanza su madurez y repercute profundamente en el aprendizaje y en el estudio general del comportamiento.

El cognitivismo
A finales de la década de los sesenta surge una nueva perspectiva que asegura que el aprendizaje no sólo es el resultado de procesos externos como los refuerzos que se emplean en el condicionamiento, tales como la sonrisa del maestro ante la respuesta correcta del alumno o un gesto reprobatorio en caso contrario, sino que también participan activamente los procesos internos, que aunque no son observables, llegan a controlar y dirigir la conducta. Se trata del cognitivismo, al que muchos especialistas definen como una transición entre el conductismo y las teorías psicopedagógicas actuales, puesto que carece de formulaciones globales y está integrado por estudios parciales sobre el proceso enseñanza-aprendizaje o sobre sus diversos componentes.
Para el cognitivismo, el aprendizaje es un proceso de modificación interno que se produce como resultado de la interacción entre la información procedente del medio y el sujeto activo. Tiene un carácter absolutamente intencional por la parte del sujeto.
Dentro de su teoría del contextualismo constructivista, destaca la importancia del medio ambiente físico-social en los aprendizajes y como esto se estructura sobre los ya adquiridos en una forma activa y creadora y no meramente acumulativa, pues considera al escolar capaz de procesar, adquirir e incorporar nuevos conocimientos. Para esto recurre al uso de diversas técnicas como la repetición, las ayudas nemotécnicas (ejercicios que propician el desarrollo de la memoria), los subrayados, la imaginación, el razonamiento por analogía y la metacognición o conocimiento del pensamiento.
Jean Piaget, dentro de su teoría psicogenética establece que una conducta, sea motora, perceptiva, memorística o propiamente inteligente, es un intercambio entre el sujeto y el mundo exterior. Para él, la experiencia y el aprendizaje no son suficiente para explicar el conocimiento y su origen, ya que es necesaria una estructuración y depende enteramente de la actividad del sujeto llegar a ese conocimiento.

Etapas del desarrollo cognoscitivo piagetiano.
Ø  Sensoriomotriz: (0 a 2 años). El niño empieza a utilizar la imitación, la memoria y el pensamiento. Reconoce que un objeto no deja de existir cuando está oculto o perdido: incluso cuando se le quita, lo busca. Cambia de las simples acciones reflejas a la realización de actividades dirigidas hacia metas; se inicia la etapa lógica; aprende a sacar juguetes de una caja para luego, volverlos a meter.
Ø  Preoperacional: (2 a 7 años). El infante desarrolla gradualmente el uso del lenguaje y el pensamiento simbólico o capacidad de formar y utilizar símbolos como palabras, gestos, signos, imágenes, etc. Es capaz de pensar las operaciones en forma lógica y en una dirección, es decir, le es difícil pensar en sentido inverso o revertir los pasos de una tarea. Tiene dificultades para considerar el punto de vista de otra persona.
Ø  Operacional concreta: (7 a 11 años). El alumno está capacitado para resolver problemas concretos en forma lógica. Comprende las leyes de la conservación de la materia 8la cantidad o número de algo se conserva aunque se cambie orden o apariencia, mientras no se agregue o quite algo) y puede clasificar o establecer series. Entiende la reversibilidad.
Ø  Operacional formal: (11 años en adelante). La persona ´puede resolver problemas abstractos en forma lógica. Su pensamiento se vuelve más científico. Desarrolla intereses por los aspectos sociales y por la identidad.




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