jueves, 11 de agosto de 2016

LOS PROBLEMAS DE APRENDIZAJE


Conceptos de problemas de aprendizaje
 
Todos los que estamos involucrados en el desarrollo del proceso educativo, manejamos habitualmente la expresión problemas de aprendizaje como si se tratara de un término común y corriente que no necesita mayores explicaciones; pero la realidad es otra, puesto que estamos hablando de uno de los aspectos más controvertidos y probablemente menos comprendidos de la educación del hombre y que reviste cada vez mayor importancia.
La idea de que algunos niños y adolescentes padecen algún problema de aprendizaje no es nada nuevo, aunque la expresión se empezara a usar allá por los años sesenta. Lo que ocurre es que en nuestro mundo actual los problemas de aprendizaje ya representan la principal categoría dentro de la educación especial, considerado la cantidad de personas que los sufren y los presupuestos gubernamentales destinado a su atención. Tan sólo en los Estados Unidos de América, los expertos aseguran que diariamente se suman a los ya existentes, numerosos casos de escolares que presentan algún tipo de dificultad en el aprendizaje.
En términos generales, se entiende como problemas de aprendizaje, el trastorno de uno o más procesos psicológicos básicos relacionado con la comprensión o el uso el lenguaje, sea hablado o escrito, y que se puede manifestar como una deficiencia para escuchar, pensar, hablar, leer, escribir, deletrear o realizar cálculos aritméticos. Se origina por problemas perceptuales, lesión cerebral, disfunción cerebral mínima, dislexia y afasia del desarrollo, entre otras causas.
Están fuera de este concepto todos los niños cuyas dificultades en el aprendizaje se deben a impedimentos visuales, del oído, de índole motora, retraso mental, perturbaciones sociales o emocionales, o bien, situaciones ambientales como diferencias culturales, instrucción insuficiente o inadecuada y factores psicogenéticos.
No todos los casos de niños con problemas de aprendizaje son similares. Las características  más comunes son las dificultades específicas que presentan en una o más asignaturas académicas, la coordinación deficiente, el problema para prestar atención, la hiperactividad e impulsividad; los trastornos de pensamiento, memoria, habla y oído; y los altibajos emocionales agudos.
La mayoría tiene dificultades para leer, probablemente como consecuencia de barreras para relacionar los sonidos con las letras que forman las palabras, por lo que además les es difícil deletrear.
El segundo aspecto más importante lo componen las matemáticas, tanto en el cálculo como en la solución de problemas. Después viene la escritura, la cual es ilegible, así como el lenguaje oral, que puede ser vacilante o desorganizado. Son niños que a menudo carece de formas efectivas para realizar sus tareas escolares; no saben cómo extraer la información relevante, ni cómo utilizar las estrategias y mucho menos son capaces de cambiarlas o autoevaluarse.
Un diagnóstico oportuno es importante para evitar que el niño con problemas de aprendizaje se sienta frustrado y desalentado, ya que a partir de ese momento será posible la corrección o atención del problema que presente. Todo esto está muy bien; pero surge una pregunta necesaria: ¿por qué se presenta este tipo de dificultades que afectan a tantos escolares? ¿De dónde surgen?
Si un niño de clase media, con comportamiento normal y que posee un coeficiente intelectual elevado padece algún problema serio de lectura que maestros capaces no han podido remediar, es un caso claro de dificultad en el aprendizaje.
Por otra parte, un niño de los suburbios o que vive en barrio bajo, que va mal en la escuela, con coeficiente intelectual apenas limítrofe y con comportamiento escolar desordenado, también es un caso de dificultad en el aprendizaje.
En los casos descritos resulta difícil determinar qué problema contribuyo en primer lugar para que esas deficiencias escolares se presentaran.

Causas de los problemas de aprendizaje

Como causas primarias probables se consideran un funcionamiento neurológico bajo lo normal o alguna programación inadecuada en el tejido nervioso, aunque en lo general se considere como normal. En el primer caso, se trata de disfunciones neurológicas, como desviaciones orgánicas del tipo de variaciones genéticas, irregularidades bioquímicas y lesiones cerebrales, que pueden ocasionar el funcionamiento anormal del cerebro. Para muchos investigadores los problemas de aprendizaje son causados por alguna alteración en el sistema nervioso central, cuyo trabajo consiste en regular los impulsos entrantes y salientes e interconectar las asociaciones neuronales. Cualquier desempeño subnormal en sus procesos es capaz de inhibir o retardar la capacidad que un niño tenga para prender o responder. Esto se conoce como disfunción cerebral mínima. En el segundo caso se puede citar como ejemplos de programación neurológica inadecuada las deficiencias de carácter ambiental que inhiben el desarrollo de una o más capacidades básicas.
¿Qué ocasiona una disfunción cerebral? Los especialistas consideran que en los adultos estas disfunciones pueden originarse por hemorragia cerebral, por algunas enfermedades que ocasionan fiebres altas y por heridas en la cabeza. Si se trata de niños, la gran mayoría de los casos tiene que ver con un ambiente intrauterino desfavorable. Se identifican como causas los nacimientos prematuros, ña anoxia o insuficiencia de oxígeno en las células, el trauma físico, el factor Rh, las malformaciones congénitas, los factores hereditarios y la desnutrición.
Los primeros lugares los ocupan la anoxia y la hemorragia cerebral; especialmente la anoxia, puesto que las células nerviosas son más vulnerables: las neuronas del corte cerebral  sufren daño irreparable si se les priva de oxígeno por más de cinco minutos.
En general, se puede afirmar que la relación entre el concepto de disfunción cerebral y el de trastorno en el problema de aprendizaje se basa en la observación de casos individuales, puesto que en ocasiones la relación es indudablemente causal y en otras, sólo asociativa.
Si bien la mayoría de los niños con problemas de aprendizaje padecen insuficiencia educativa o consecuencia de disfunciones cerebrales, esto no significa que la totalidad esté en ese caso, puesto que muchos niños con parálisis cerebral o epilépticos no tienen impedimento educativo o perceptivo y en cambio otros, con dificultad en el aprendizaje, no manifiestan pruebas claras  de disfunción cerebral. Se debe recordar que existen escolares con problemas educativos y otras conductas que son producto de insuficiencias ambientales.
 
Disfunción cerebral mínima
Las actividades que se relacionan con los problemas de aprendizaje se pueden clasificar de acuerdo a las áreas de función cerebral: motora o motriz, mental, sensorial y convulsiva. Al existir desempeño neurológico subóptico (bajo lo normal) que pudiera causar deterioro dentro de alguna de las áreas del funcionamiento cerebral, se producen manifestaciones de dos tipos: abiertas o grandes y limítrofes o mínimas.
Si el niño manifiesta signos abiertos, es prueba sólida de disfunción cerebral; la presencia de signos limítrofes no se considera suficiente para ese diagnóstico. Si el alumno con parálisis cerebral muestra tendencia a los ataques epilépticos, es casi seguro que sufra alguna disfunción cerebral, lo que no sería tan factible si no hubiera tenido dicho padecimiento y sus manifestaciones se concretaran a movimientos torpes, poco lapso de atención, perseverancia y berrinches.
El grado de trastornos varía de mínimo a grave, y precisamente una gran mayoría de los problemas de aprendizaje corresponde a manifestaciones limítrofes o mínimas, razón por la que se asegura  que la disfunción cerebral mínima es una causa primaria probable de este tipo de dificultades. Por ejemplo: la coreoatetosis (afectación a los centros del control motor) y la torpeza excesiva, son manifestaciones limítrofes en el área motora; el retraso mínimo o leve, la hiperactividad, impulsividad, distractibilidad, breve lapso de atención, baja tolerancia a la frustración y los berrinches, son manifestaciones también limítrofes en el área mental, al igual que la perseverancia, los patrones de pensamiento concreto, la dificultad de abstracción y la discalculia; la memoria defectuosa para formas o trazos, el concepto espacial defectuoso y la inatención visual o táctil, corresponden a manifestaciones limítrofes dentro del área de función cerebral sensorial; y por último, la epilepsia sin ataques, es una manifestación mínima dentro del área convulsiva.

Las influencias ambientales
Existen niños que manifiestan problemas específicos en el aprendizaje y otras conductas que son el resultado de influencias ambientales, pero no de una auténtica disfunción cerebral. La problemática educativa presentada es semejante a ambas situaciones a tal grado que es difícil establecer las diferencias y se requiere sondear el ambiente del escolar buscando factores que pudieran explicar su falta de aprovechamiento y sobre todo, evitar emitir un diagnóstico erróneo. Dos de los factores que inhiben la capacidad del niño para aprender son la falta de experiencia temprana y el desajuste emocional.
Nuestra civilización actual requiere de un mayor perfeccionamiento en los procesos sensomotores, pero, paradójicamente, las oportunidades prácticas necesarias para que lo niños desarrollen dichos procesos han disminuido. Recuerde usted que los infantes de otra época perfeccionaban sus capacidades sensomotoras al desarmar algunos enseres caseros, y hoy encontramos que esos objetos son demasiado frágiles, complicados y hasta peligrosos para la actividad exploratoria.
La percepción precede a la acción y por ello es necesaria la experiencia perceptiva temprana para el desarrollo de un comportamiento coordinado y visualmente dirigido. En la medida que se perfeccione la coordinación sensomotora, se incrementará a su vez la eficiencia de los procesos perceptivos.
Por otra parte, las reacciones emocionales desempeñan una función esencial en la percepción. Se ha comprobado con niños de preescolar y primer grado de primaria, la relación entre conflictos y perturbaciones emocionales y problemas conductuales, con los trastornos en la percepción visual, retraso en la lectura e incluso trastornos del habla.
Es lógico que los niños perturbados emocionalmente sean hostiles, procedan sin motivación, se muestren retraídos, no cooperen o se comporten agresivamente, y por ello rindan mal en la escuela; sin embargo, no es creíble que sea el único agente causal de muchas de las dificultades en el aprendizaje, puesto que también existen otros factores importantes aunque sin dejar de reconocer la determinante influencia del ambiente para que el niño logre adquirir y desarrollar muchas de sus capacidades.

Discapacidad e impedimento
Para detectar con mayor seguridad los problemas o incapacidades que pueden interferir con el aprendizaje, hay que establecer en primer lugar la diferencia entre una discapacidad y un impedimento. Una discapacidad consiste en la falta de habilidad o incapacidad para realizar una función específica como ver, oír o caminar. Un impedimento es una desventaja en una situación particular y en ocasiones como resultado de una discapacidad; por ejemplo el estar ciego (discapacidad visual) se convierte en un impedimento al realizar tareas que requieran de la vista, pero deja de serlo si las actividades que se desarrollan sólo necesitan del oído o del tacto.
A parte de que algunos impedimento físicos de los escolares les obligan a utilizar dispositivos ortopédicos como tirantes, zapatos especiales, muletas o sillas de ruedas, si lo permiten las características arquitectónicas de las escuelas y cuentan con cierto auxilio de sus profesores, éstos podrán desenvolverse como cualquier otro estudiante, sin que haya un verdadero problema de aprendizaje.
Pero lo anterior no ocurre en todos los casos, ya que la mayoría de los impedimentos obligan a una atención especial, como los ataques provocados por la epilepsia y fiebres altas originadas por infecciones, los cuales consisten en descargas anormales de energía en ciertas células del cerebro y que van desde los generalizados, acompañados por violentas convulsiones seguidas de un estado de coma, hasta los muy leves, llamados ataques de ausencia, que pueden pasar desapercibidos; la parálisis cerebral, que hace que un niño tenga mayor o menor dificultad para mover y coordinar su cuerpo; las deficiencias auditivas severas, las cuales llegan a presentarse en niños con frecuentes dolores en los oídos, infecciones en los senos nasales o alergias; y los impedimentos visuales, también severos, o debilidad visual, que obliga al uso de lupas o libros con tipografía grande.

Identificación de un niño con problemas de aprendizaje
Los niños con problemas de aprendizaje no están perturbados emocionalmente, no tienen desventajas culturales, no son retrasados mentales, no están lisiados de manera visible, ni tampoco hay impedimentos visuales o auditivos. Simplemente no aprenden como los demás niños ciertas tareas básicas y específicas relacionadas con el desarrollo intelectual y los aspectos académicos; van mal o muy mal en la escuela, los maestros se quejan por su falta de aprovechamiento y los padres se desesperan.
Aunque los gobiernos de muchos países disponen de programas dedicados a niños con retraso mental, perturbaciones en el habla y la lectura, alteraciones emocionales o impedimentos ortopédicos, aún subsisten confusiones para determinar la frontera entre los problemas de aprendizaje puros y otro tipo de limitaciones; inclusive la nomenclatura utilizada y su interpretación, ha dificultado el establecimiento de normas de identificación precisas.
Algunos expertos sostienen que muchos de los escolares clasificados con problemas de aprendizaje, en realidad no lo son. Se trata de niños de lento aprendizaje que asisten a escuelas comunes o alumnos de aprovechamiento promedio en planteles de alto nivel académico.
Otra alternativa es que sean alumnos con dificultad para aprender un segundo idioma o hasta niños que crean problemas o que se atrasan por inasistencia o cambios de escuela.
El niño con problemas de aprendizaje es un niño excepcional que requiere atención excepcional, ya que se trata de seres humanos con rasgos físicos, características mentales, habilidades psicológicas o conductas observables que difieren significativamente de los de la mayoría de cualquier población determinada; incluso comprenden a los individuos superdotados. Son muchos los casos de escolares que hacen grandes esfuerzos y su trabajo es aceptable en la mayoría de las asignaturas, su trato es agradable y se llevan bien con sus compañeros; pero son incapaces de deletrear, su escritura es ilegible, no respetan los reglones, invierten letras tienen problemas para identificar los números o confunden las palabras. Otros, siendo brillantes, talentosos, motivados, con gran facilidad de adaptación y bastante conocimiento en muchos temas, carecen de capacidad matemática. Y también tenemos a aquellos que presentan problemas de conducta que influyen negativamente en su aprovechamiento.
Algunos trastornos asociados con el atraso escolar pueden ser identificados con cierta facilidad ya que se manifiestan externamente, como por ejemplo:
  • Trastornos de articulación: Sustitución de un sonido por otro, (cala por cara); distorsión de un sonido (chine por cine); sonido agregado (nadien por nadie); omisión de un sonido (juga por juega); pero sin olvidar que la mayoría de los niños no dominan normalmente todos los sonidos hasta que pasan la etapa que va entre los seis y ocho años de edad.
  • Tartamudeo: Aparece generalmente entre los tres y cuatro años de edad; no es claro su origen pero provoca ansiedad y turbación a quien lo padece.
  • Problemas de voz: Está considerado como un deterioro del habla y consiste en emplear un tono, calidad o volumen inapropiados, así como hablar en forma monótona.
  • Trastornos de lenguaje oral: El niño no presenta indicios de comprender o utilizar el lenguaje espontáneamente, alrededor de los tres años; su lenguaje es diferente o su desarrollo está retrasado en relación con niños de si misma edad. También puede ocurrir que el desarrollo normal del lenguaje se haya visto interrumpido por una enfermedad, accidente o cualquier trauma.
  • Trastornos de ansiedad-retracción: Se trata de niños ansiosos en extremo, alejado, tímidos, deprimidos, hipertensos, desconfiados y que lloran con facilidad.
  • Inmadurez de la atención: Su capacidad de atención dura poco tiempo, sueñan despiertos frecuentemente, tienen poca iniciativa, son desorganizados y su coordinación es deficiente.
  • Agresión socializada: A menudo se convierten en miembros de bandas e impulsados por el código conductual de sus compañeros, pueden cometer graves delitos.
  • Conducta psicótica: Su conducta puede ser extraña e impredecible, como consecuencia de su carácter inestable, y suelen manifestar ideas que salen por completo de la normalidad.
  • Hiperquinesia o trastorno hiperquinético de déficit de atención: Son escolares más activos físicamente y distraídos que los demás niños, responden a los estímulos con gran dificultad, son inconstantes en su trabajo y no pueden controlar su conducta, incluso por breves períodos.

Los trastornos de la comunicación generalmente se deben a impedimentos auditivos que limitan el desarrollo normal del habla en el niño, al uso de un lenguaje inadecuado en el seno familiar o a problemas emocionales por falta de atención en el hogar o una percepción distorsionada del mundo.
Los alumnos que sufren trastornos emocionales o conductuales, en ocasiones figuran entre aquellos a los que es muy difícil enseñar en una clase regular; puesto que a veces son agresivos, destructivos, desobedientes, faltos de cooperación o distraídos.
El niño hiperactivo permanentemente se está moviendo, habla mucho en clase, casi siempre está distraído y es incapaz de permanecer quieto en su asiento; en cambio el hipoactivo casi no se mueve, es tranquilo, letárgico, no causa problemas y generalmente pasa inadvertido. Otros, los faltos de coordinación, se desempeñan mal al correr, atrapar pelotas, saltar, incluso caminar y sufren frecuentemente caídas y tropezones; además se les dificulta escribir y dibujar.
También los hay, como en el caso de la perseverancia, que repite sus errores al escribir, que repite una pregunta a pesar de que ya fue contestada, que cubren la pagina con un solo color y que hasta insisten en golpear un clavo con el martillo, aunque esté totalmente clavado.

Las corrientes psicopedagógicas y los problemas de aprendizaje
Los problemas de aprendizaje específicos a menudo implican impedimentos físicos, conductuales y emocionales. Los escolares que sufren pueden llegar a creer que no son capaces de controlar si propio aprendizaje y por lo tanto, no tener éxito.
Un enfoque adecuado en las estrategias de aprendizaje puede ayudarlos; no olvidemos que la escuela, junto con la familia y el entorno social próximo, son de vital importancia para el desarrollo del niño, y puesto que parte de su vida transcurre dentro de las aulas, es lógico suponer que es en el ambiente escolar donde se manifiestan problemas de diversa naturaleza, los cuales, es muy posible que repercutan en el rendimiento escolar.
La evolución y desarrollo de las distintas corrientes psicopedagógicas han hecho variar notablemente el concepto de problema de aprendizaje y sus tratamientos correctivos. Las que intervienen en el manejo de las deficiencias intelectuales durante el periodo escolarizado son: la escuela activa y los métodos de María Montessori; las teorías del aprendizaje de orientación conductista, (condicionamiento operante), por su utilidad para la adquisición y extinción de comportamientos; la psicología genética constructivista y la pedagogía operatoria, ambas de orientación piagetiana.
En la actualidad, la psicología maneja dos modelos explicativos de la lectura: El top-down, que se centra en los aspectos cognitivos de la significación del texto, y el buttom-up, orientado a la decodificación como acto dominante del lector; y  es que durante mucho tiempo, han recibido mayor atención los problemas de la decodificación, y sólo recientemente se intenta ahondar en la fase de la comprensión. Las actividades escolares de introducción al cálculo y a las matemáticas en general, se fundamentan en las aportaciones de Piaget- son muchas las investigaciones efectuadas sobre problemas de aprendizaje que tienen un marcado enfoque cognitivo.
La eficacia del condicionamiento operante radica en la adecuada administración de los refuerzos y el conocimiento objetivos de las conductas que intervienen en cada situación.
En la educación son muy importantes los reforzadores sociales, ya que las diferencias que llegan a encontrarse en los procesos de socialización en escolares pueden ser atribuidas a los condicionamientos recibidos durante su vida.

 


 

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