Desde los inicios de su vida, un bebé está
aprendiendo. En su cerebro, trillones de neuronas están esperando para ser
conectadas. Algunas de las conexiones ya han sido realizadas por los genes
durante la fertilización, en los circuitos que controlan la respiración o los
latidos cardíacos, en los que regulan la temperatura o producen los reflejos.
Pero gran cantidad de neuronas están listas, son puras y su potencial es
infinito. Algún día estarán conectadas para realizar cálculos o para componer
canciones o quizás para escribir poesía.
El desarrollo del lenguaje es muy ilustrativo del
aprendizaje en los primeros años. Hacia los cinco o seis años el niño tiene un
vocabulario de alrededor de 10.000 palabras. Esto significa que desde que nació
ha estado aprendiendo más o menos 2.000 palabras por años; esto lo ha hecho sin
un esfuerzo notorio y sin una instrucción formal.
El principal reto que tienen los padres, los
profesores y profesionales que trabajan con niños con dificultades, es
ayudarles a levantar la confianza en sí mismos, a creer en sus capacidades.
Deben conocer que las personas aprenden de diferentes maneras y que su energía puede
ser encaminada en encontrar estrategias adecuadas para su aprendizaje en lugar
de buscar maneras de esconder sus dificultades. Para esto, los maestros y
profesionales que trabajan con estos niños tienen una gran responsabilidad. Sus
destrezas de observación, de detección de problemas, el saber cómo dar
retroalimentación y encontrar cómo uy cuando intervenir son de suma
importancia. Estos niños necesitan un ambiente seguro, estimulante, en donde se
permitan errores y se incentive el tomar riesgos. Si sienten que el aprender es
una experiencia excitante donde se puede disfrutar, entonces se convertirá en
algo que nunca termina, durará toda la vida.
Los niños aprenden a esconder sus dificultades
con conductas como ser el payaso de la clase, mantenerse callado, enfermarse,
evadir responsabilidades, demostrar desinterés o muchas veces mala conducta.
Con frecuencia se aíslan, se esconden o evitan hacer algunas cosas porque así
nadie les puede hacer daño. Estas máscaras protectoras que utilizan para no ser
llamados tontos, vagos, o inmanejables, les aíslan socialmente.
Es importante ayudar a estos niños a conocer
sus fortalezas, a que comprendan que sus dificultades no son por falta de
capacidad, a descubrir estrategias que les sean útiles en su aprendizaje. En
cierto sentido el niño aprende de la imagen de sí que recibe del otro, de ahí
que cuanto más integradora sea la que le proporcionan sus padres y luego sus
maestros, mejor posibilidades tendrá para reconocer sus posibilidades y
carencias.
Los adultos que trabajan con niños con dificultades y los mismos niños, conocen lo
que ellos no pueden hacer, en que fallan. Pocas veces se menciona lo que hacen
bien o las áreas en las que se ven fortalezas. Los comentarios de los maestros
o los padres giran alrededor de su inmadurez, desorganización, la manera como
se mueven, su lenguaje, la forma como no escuchan, como no atienden y como no
siguen instrucciones; lo mal que escriben, como leen, sus dificultades en
matemáticas o como no terminan sus tareas.
El futuro de estos niños está en manos de las
personas que están a su lado en el aprendizaje; la confianza en sí mismos, la
capacidad de tomar decisiones, la habilidad para resolver problemas, la
autonomía, la motivación de logros, dependerá de la forma cómo ellos sean
apoyados. No existen recetas para todos. Cada niño es un ser humano único,
importante. El respetar esa individualidad, el aceptar diferentes formar de
pensar, de sentir, de actuar, de aprender es un punto básico en la educación de
estos niños.
Las personas enfrentan el proceso de
aprendizaje como una totalidad, es decir desde sus afectos, su cuerpo, su
capacidad intelectual, su esquema referencial. Cuando aparecen dificultades en
este proceso, éstas no deben enfocarse aisladamente. Si bien pueden
manifestarse en el área emocional o en la orgánica, en el área intelectual o en
la social, es importante no perder de vista que toda la personalidad se
encuentra afectada.
Aprender es un proceso complejo y multifacético
que presenta bloqueos e inhibiciones en todos los seres humanos. Es fundamental
que, cuando aparece un conflicto, no lo califiquemos como un problema,
intentando evitar la conciencia de enfermedad. Uno puede enfrentar diversas
situaciones con los hijos o los alumnos: a veces puede parecer obsesivo frente
a una tarea, puede aceptarla de buen grado o rechazarla en cuanto la ve; a
veces puede presentar una crisis frente a un problema que no ha logrado
resolver y en otras ocasiones puede manejar la dificultad y aceptar rehacerla.
A veces participar activamente en la clase y otras veces se aísla. Todas estas
conductas aparecen en un mismo niño y no necesariamente reflejan un problema.
Lo llamativo es cuando estas conductas se repiten.
En busca de una definición.
Es difícil encontrar una definición de
aprendizaje que abarque todo lo que está implicado en el proceso de aprender.
Vamos a intentar definirlo a través de distintas aproximaciones. Es importante
que nos alejemos de teorías reduccionistas que sólo lo contemplan desde puntos
de vista aislados; no es solamente un proceso de entrada y salida de
información, ni es tampoco un proceso meramente biológico, ni tampoco se lo
puede considerar solamente desde lo emocional. El aprendizaje integra lo
cerebral, lo psíquico, lo cognitivo y lo social. Por lo tanto, podemos decir
que es un proceso neuropsicocognitivo que se dará en un momento histórico, en
una sociedad determinada, con una cultura singular.
Se debe
destacar la influencia que tiene sobre el aprendizaje todo nuestro
bagaje, es decir nuestra experiencias pasadas, nuestros afectos, nuestras
vivencias y las situaciones sociales en las que se desarrolla el aprender.
Nuestra estructura psíquica da sentido a los procesos perceptivos, mientras que
la organización cognitiva sistematiza toda la información recibida de una
manera muy personal de acuerdo con las experiencias vividas y las situaciones
sociales en lasque se desarrolla. Por lo tanto los sujetos del aprendizaje y
sus modos de aprender son producto de prácticas culturales y sociales.
El proceso de aprendizaje ya no se considera
una acción pasiva de recepción, ni la enseñanza una simple transmisión de
información. Al contrario, hoy hablamos del aprendizaje interactivo, de la
dimensionalidad del saber. El aprendizaje supone una construcción que se
realiza a través de un proceso mental que conlleva a la adquisición de un
conocimiento nuevo. Es siempre una reconstrucción interior y subjetiva,
procesada y construida interactivamente.
Los seres humanos requerimos de permanentes
aprendizajes que se dan desde el mismo momento de la gestación. El aprender es
el camino para lograr el crecimiento, maduración y desarrollo como personas en
un mundo organizado: las interrelaciones con el medio nos permiten que el conocimiento
se organice. El aprendizaje es un proceso que se da durante toda la vida.
La siguiente definición nos parece útil porque
abarca el aprendizaje en su sentido más amplio. (figura). El aprendizaje es un
proceso integral que acontece desde el inicio de la vida. Requiere, para el que
aprende, del cuerpo, del psiquismo y de los procesos cognitivos que se dan en
un sistema social organizado, sistematizado en ideas, pensamientos y lenguaje.
El cerebro en el aprendizaje.
Al aprender el cerebro entra en actividad y se
producen una serie de cambios físicos y químicos. Para comprender su
funcionamiento es importante conocer su estructura y algunos factores
ambientales que influyen en su desarrollo. Los neurocientíficos estudian la
anatomía, fisiología, química y biología molecular del sistema nervioso,
enfocando su interés en la actividad cerebral relacionada con el comportamiento
y el aprendizaje.
El
sistema nervioso esta dividido en dos partes:
1- El
sistema nervioso central.
2- El
sistema nervioso periférico
EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
Está
formado por el cerebro, el cerebelo y la médula espinal.
El
cerebro: Está localizado al final de la columna vertebral.
Representa solamente el 2% del peso total del cuerpo, sin embargo consume casi
el 20% de nuestras calorías. Todo lo que hacemos en el día, caminar, correr,
saltar, pensar, hasta respirar, oír y ver, son actividades que requieren de energía;
incluso mientras dormimos consumimos energía.
Nuestro
cerebro depende de una dieta balanceada para realizar sus funciones, necesita
de oxígeno, agua, glucosa y complementariamente de vitaminas y minerales. La
buena alimentación ayuda a que se produzcan cambios físicos y químicos
necesarios para que el cerebro funcione de manera óptima. Una dieta
desequilibrada puede producir síntomas negativos.
La corteza cerebral es la capa que cubre al
cerebro. Con la evolución el cerebro se desarrolló y su superficie creció de
manera sorprendente. Para alcanzar dentro del cráneo, la v corteza tuvo que
doblarse formando pliegues y dando lugar a los diferentes lóbulos que están
separados por cisuras profundas. Es por esto que la corteza aparece arrugada.
El cerebro tiene dos regiones importantes: el
hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo. Cada uno de los hemisferios
cuneta con cuatro lóbulos: frontal, parietal, temporal y occipital. El cuerpo
calloso es la estructura en el cerebro que une a los dos hemisferios.
El cerebro tiene en su interior cavidades que
llamamos ventrículos y son cuatro: ventrículo izquierdo, ventrículo derecho,
ventrículo tercero, ventrículo cuarto. Dos son laterales, el izquierdo y el
derecho, los cuales desembocan en el tercero, éste a su vez desemboca en el
cuarto y éste último en el canal medular (dentro de la médula). Los ventrículos
están cerebrales están llenos de líquido llamado cefalorraquídeo, el cual
también los rodea.
El cerebro también tiene cisuras longitudinal y
lateral, las cuales nos ayudan a delimitar los lóbulos.
El cerebro está formado por materia blanca y
materia gris. Esto se puede observar al tomar una tomografía en la cual se
distinguen los dos colores a los cuales denominamos materias. Se descubrió que
la razón por la que son de tonos distintos es debido a que la blanca está
formada por axones (en el centro del cerebro) y la gris por cuerpos neuronales
(en la corteza y en los ganglios de la base cerebral).
El
cerebro también cuanta con dos tipos importantes de protección:
1-
Ósea, que es
una barrera física.
2-
Líquida, que
sirve como amortiguador.
El casco óseo o cráneo que cubre al cerebro es
una protección ósea, así como la columna vertebral que protege a la médula.
Entre las meninges se encuentra el líquido cefalorraquídeo que está regado
adentro y fuera del sistema nervioso permitido que el cerebro se comprima y se
amortigüe sin romperse, esta es una forma de protección líquida. Las meninges
son membranas pegadas a la corteza y a la médula espinal, que cubren al cerebro
y al cerebelo, protegiéndoles de virus y agentes que les hagan daño.
El
cerebelo: Se encuentra abajo del lóbulo occipital y tiene como
funciones mantener el equilibrio del cuerpo, la coordinación de movimientos.
Sirve de conexión entre la médula y el cerebro. Existe una nueva evidencia de
que el cerebelo también juega un papel importante en el procesamiento cognitivo
coordinando nuestros pensamientos, emociones, sentidos y memoria.
La
médula espinal: Está formada por células nerviosas. Se conecta
con el cerebelo y transmite mensajes del cerebro al cuerpo y del cuerpo al
cerebro. Está protegida por la columna vertebral, formada por anillos óseos que
giran unos sobre otros permitiendo la movilidad en cierto grado. La médula
espinal esta dividida en cuatro partes dependiendo de su localización: cervical,
torácico, lumbar y sacra.
EL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO
Está compuesto por axones largos y dendritas,
abarca todas las partes del sistema nervioso, con excepciones del cerebro y la
médula espinal. Existen dos grandes divisiones.
Somático: Se
encarga de controlar todos los movimientos voluntarios.
Autónomo: Se
encarga de las partes del cuerpo que nos mantienen vivos sin que seamos conscientes de ellos: el corazón, los vasos sanguíneos, las glándulas, los
pulmones y otros órganos de funcionamiento involuntario.
El
autónomo a su vez se divide en dos:
Simpático: El
cual prepara al cuerpo o se pone en marcha ante una situación de tensión o
alarma: ocurre taquicardia, se agudizan los sentidos, el cuerpo se prepara para
enfrentar el peligro, se producen síntomas como sudoración, temblor,
respiración agitada, etc.
Parasimpático:
Absorbe la energía producida por el simpático y hace trabajar al sistema
digestivo y produce la calma.
El cerebro en su interior:
Ø Bulbo
raquídeo.
Ø Sistema
límbico:
a)
Tálamo.
b)
Hipotálamo.
c)
Hipocampo.
d)
Amígdala.
Si
miramos el cerebro por adentro, podemos localizar algunas partes importantes.
El
bulbo raquídeo: Que es la parte más antigua del cerebro. Este
órgano conecta la columna vertebral con el cerebro y controla ciertas funciones
corporales críticas, como son el latido del corazón, la respiración, la
temperatura, la homeostasis y la digestión.
El
sistema límbico: Esta sobre el bulbo raquídeo. Casi todas las
estructuras que se encuentran en el sistema límbico están duplicadas en los dos
hemisferios del cerebro. Este sistema controla diversas funciones entre las
cuales se encuentra: la alimentación, la generación de emociones y la reproducción entre otras.
Para
el aprendizaje y la memoria debemos mencionar la importancia que tienen cuatro
estructuras del sistema límbico.
El
tálamo: Es el principal receptor de toda información sensorial a
excepción del olfato. Ésta última es enviada a otras partes del cerebro para un
procesamiento adicional.
El
hipotálamo: Es una glándula que forma parte del
diencéfalo, y está por debajo del tálamo. Se dice que es el centro integrador
del sistema nervioso vegetativo o autónomo, dentro del sistema nervioso central.
Se encarga de realizar funciones de integración somato-vegetativa. Es el que
regula la homeostasis del organismo. El hipotálamo desempeña un papel
importante en algunas funciones psíquicas y psicomotoras. Algunos estados de
hiperexcitabilidad o de depresión se pueden deber a trastornos funcionales de
los centros hipotalámicos, y también pueden depender de estos mismos centros
los efectos colaterales, representados por palpitaciones, lagrimeo, salivación,
vómito, rubor, etc., que acompañan a los estados emotivos.
El hipocampo: Que
está cerca de la base del área límbica, juega un papel principal en el
aprendizaje: transformar información desde la memoria y mediante señales
eléctricas la envía a las regiones de almacenamiento a largo plazo; este
proceso puede tomar días o meses. El hipocampo revisa constantemente la
información relacionada con la memoria
corta y la compara con los recuerdos de experiencias almacenados. Este proceso
es fundamental para la formulación del sentido de la información.
La
amígdala: Esta pegada a un extremo del hipocampo, juega un rol muy
importante en las emociones, especialmente el miedo. Existe la posibilidad,
aunque aún no está probado, de que la amígdala almacene el componente emocional
de los recuerdos, mientras que los componentes cognitivos se almacenan en otro
lado.
Las células del cerebro
El cerebro está compuesto por casi un trillón
de células. Se conocen dos tipos de células.
Ø Gliales.
Ø Nerviosas.
Células
gliales: La mayoría de células del cerebro son gliales, que son
todas las células no neuronales del sistema; éstas actúan como filtros para
evitar que ingresen sustancias dañinas a las neuronas. Su función es mantener
la homeostasis de las neuronas y sostener y nutrir a las mismas. Existen dos
subtipos de células gliales: la macroglía y la microglía.
Ø La macroglía esta
formada por oligodendrocitos (fabricantes de mielina en el SNC) y por astrocitos
(encargados de la nutrición neuronal y del mantenimiento del espacio
extracelular).
Ø La microglía está
formada por células en reposo que intervienen sólo en caso de daño o muerte
celular. Otras células gliales son las del epéndimo que se ocupan de la
producción del líquido cefalorraquídeo.
Las
células nerviosas o neuronas: Son las componentes
principales del cerebro. El funcionamiento del cerebro depende del flujo de
información a través de circuitos elaborados que consisten en redes de
neuronas. Las neuronas tienen una membrana excitable que las rodea la cual
permite la comunicación entre estas células a diferencia de otras que carecen
de dicha membrana.
La
neurona está compuesta de cuerpo celular o soma, en el cual está el citoplasma
en donde se encuentran contenidos organelos organizados tales como:
Las
mitocondrias, que le dan energía a la célula y producen una sustancia química que se
llama trifosfato de adenosina (ATP) que es el combustible o lo que hace que las
células trabajen.
Los
ribosomas, que son los lugares físicos en donde se fabrican las
proteínas.
Los
lisosomas, que son el sistema digestivo de la célula.
El axón, es
una prolongación por la cual viajan los impulsos enviados desde y hacia el
núcleo de la célula. El axón esta parcialmente cubierto de mielina que es una
sustancia grasosa que sirve de amortiguador y de acelerador del transporte de
los mensajes que pasan de una neurona a otra. El soma o cuerpo celular tiene
ramificaciones llamadas dendritas las cuales captan los mensajes enviados de
una célula a otra.
La conexión que existe entre una célula y otra
por donde viajan los mensajes a través de sustancias químicas llamadas
neurotransmisores se llama sinapsis. De este modo, la información es
transferida de una célula a otra. Las sinapsis se realizan en su mayoría ente
el axón de una célula y la dendrita de otra; sin embargo, también pueden
realizarse entre axón y axón o entre dendrita y dendrita, o en ciertos casos
entre el axón y el cuerpo de la célula.
La célula nerviosa recibe la información de
otra célula nerviosa o de órganos sensoriales y proyecta esa información a
diferentes neuronas. Otras neuronas la proyectan a las partes del cuerpo que
interactúan con el ambiente, por ejemplo los músculos.
En
el cerebro humano hay más o menos 100 billones de neuronas. Cada neurona puede
tener de 1.000 a 10.000 ramificaciones dendríticas. Eso significa que un solo
cerebro puede tener alrededor de 1.000.000.000.000.000 conexiones sinápticas.
Las sinapsis pueden
ser de tres tipos:
Ø Química.
Ø Eléctrica.
Ø Mixta.
En la sinapsis química una neurona
se comunica con otra por medio de una sustancia química: un neurotransmisor.
Esta sinapsis es la que tenemos en la mayoría de neuronas.
En la sinapsis eléctrica dos
membranas se encuentran pegadas y la información pasa directamente.
En la sinapsis mixta que
es química y eléctrica, las neuronas se pueden comunicar de las dos maneras
mencionadas anteriormente. Aunque existen muy pocas de esta clase, es
importante mencionarlas.
Un
neurotransmisor es una sustancia química que lleva mensajes
entre las células. Estas sustancias son necesarias no solamente para las
funciones del cerebro y el cuerpo, sino que la falta o el exceso de estas
pueden producir problemas de comportamiento. Entre los neurotransmisores más
comunes, podemos encontrar: acetilcolina (ACT), dopamina (DA), endorfina,
trifosfato de adenosina (ATP), serotonina, entre otros.
La formación de las neuronas comienza en el
embrión durante la gestación. A los cuatro meses de gestación ya se han formado
alrededor de 200 billones de neuronas. Casi la mitad de estas neuronas serán
eliminadas en un lapso corto de tiempo porque no se ha logrado la conexión con
otras neuronas. Este proceso de eliminación de neuronas está genéticamente
programado para prevenir una sobrepoblación de neuronas sin conexión.
Después del nacimiento, el cerebro gana más o
menos dos tercios del peso que tendrá el cerebro adulto. El cerebro de un
recién nacido establece millones de conexiones a medida que el niño va
asimilando su entorno. Mientras más estimulante sea el entorno, se establecerán
mayor número de sinapsis y por lo tanto el aprendizaje se dará más fácilmente y
tendrá mayor significado. El sistema nervioso establece un gran número de
conexiones. Con la experiencia, se seleccionan las conexiones apropiadas y se
eliminan las que no son convenientes; las que quedan constituyen las bases
sensoriales y quizás cognitivas de las futuras fases del desarrollo. Un ejemplo
de esto es que durante los períodos tempranos de desarrollo, en la corteza
visual (el área de la corteza que controla la visión), la persona tiene más
sinapsis a los seis meses de edad que las que tendrá cuando es adulto.
El resto de las conexiones sinápticas se dan
después del nacimiento. La experiencia juega un papel primordial en la
formación de sinapsis. En diversos estudios realizados en seres humanos con
anormalidades visuales como las cataratas, que producen una desviación del ojo,
se evidencio que si el ojo está privado de una adecuada experiencia visual a
una edad temprana del desarrollo. Pierde la habilidad de transmitir información
visual al sistema nervioso central. Si esta anormalidad es corregida después,
la corrección en si no ayuda, es decir, el ojo no será capaz de ver.
Las
experiencias de aprendizaje fomentan la producción de nuevas sinapsis. Los
cambios que se realizan en el cerebro con la formación de nuevas sinapsis o las
modificaciones de algunas, favorecen a que las células se vuelan más poderosas
y eficientes. El aprendizaje realiza nuevos patrones de organización en el
cerebro y esto ha sido confirmado por pruebas electrofisiológicas de la
actividad de las células nerviosas.
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